Relojes Sostenibles Personaliza este regalo y haz que te recuerden
Hay dos temas que a los humanos nos encantan.
Uno es el tiempo y el otro son los regalos, sobre todo si se trata de recibirlos.
En cuanto al primero, esta fijación tal vez tenga que ver con que sospechamos que en algún momento se va a acabar, al menos el de cada uno.
Esto hace que queramos medirlo, controlarlo y sacarle el mejor provecho. No en vano se dice que “el tiempo es el recurso más valioso que tenemos”.
¿Y cómo se mide algo tan valioso? Tic, toc, tic, toc… ¡Adivinaste! : con un buen reloj.
Los relojes son algo así como indicadores de que la vida es algo que no volverá, y que por eso merece ser vivida y experimentada.
Así que cuando alguien te regala un reloj, no te está dando cualquier regalo.
Por supuesto que no, porque lo que estás recibiendo es un recordatorio que te dice al oído: Vive y disfruta.
Lo mismo sucede cuando quien hace el regalo eres tú.
Además, regalar un reloj es también una forma de decirle a alguien especial que quieres que te recuerden tantas veces como sea posible.
Y si no, basta que te imagines quien vendrá a su mente cuando tenga que ver la hora durante el día.
Si con este truco no te destacas, entonces no sabemos con qué ;)
Todo comunica, el reloj que regalas también.
Detrás de todo lo que hacemos hay infinidad de mensajes. Si te detienes a pensarlo, eso es genial porque te permite a ti, y a los otros, decir algo sin tener que decirlo.
¿O no?
Si tienes dudas, piensa en las ocasiones que alguien regala rosas rojas. ¿A quién se las da?
Correcto. A su pareja (o a su prospecto si es que nunca se convirtieron en algo más).
Entendiendo esto, es fácil que nos detengamos a pensar en los detalles de eso que nos regalan o regalamos: color, tamaño, precio, material, etc.
Por ejemplo, si piensas en el material de un regalo, hay diferencias notables que te hacen pensar en una cosa u otra.
Imagina que Juan regala a María una planta de un metro de alto en un recipiente de plástico relleno de arena de colores. La particularidad de esta planta es que es artificial.
Sí, es muy brillante, se limpia con facilidad, dura más en el tiempo, pero es artificial.
Ahora Juan, que vio la cara de María cuya expresión era de alegría fingida (la clásica que muchos ponen cuando reciben, por ejemplo, calcetines), decide cambiar la estrategia y compra una planta natural.
Ah, que gustito que da.
Su olor es natural, su brillo también y la energía que da es distinta.
Es que emana vida y la tranquilidad de saber que no solo crecerá, sino que cuando se marchite, servirá de abono para otras plantas.
Ojalá todos los productos que usamos tuvieran estas características que, justamente, tienen los relojes sostenibles.
Si bien es cierto que la tradición de regalar relojes se asociaba más bien con el lujo, también es cierto que vivimos en una sociedad que relaja estos estándares en procura de un mundo más sostenible.
Esto, seguramente, es lo que nos impulsa a utilizar el ingenio y la creatividad para diseñar nuevas opciones que no solo nos beneficien a nosotros, sino que además cuiden el único planeta habitable que conocemos hasta la fecha.
Eso sí, cuidando un elemento fundamental que vas a conocer a continuación.
¿Por qué personalizamos lo que nos gusta?
Nuestra mente es compleja, pero no indescifrable.
Así que basta con revisar nuestras propias experiencias para entender por qué hacemos muchas de las cosas que hacemos.
Por ejemplo, piensa en aquel momento en el que conoces a alguien.
Generalmente, le das un apretón de manos, le diriges una mirada a los ojos y le dices tu nombre.
Enseguida, esta persona repite el tuyo y te dice cómo es que se llama.
Es justo en esa repetición de lo que le acabas de decir que consigues una primera muestra de agrado.
Tal vez pienses: “vaya, entendió mi nombre y ya hasta lo volvió a decir”.
Quieras o no, esa persona ya se ganó un punto contigo. Ni hablar si tú eres quien lo hace.
Algo similar sucede con un regalo personalizado, sobre todo si es un reloj.
Tal comportamiento tiene que ver con que nos gusta tener ser reconocidos como personas diferentes al resto, con que nos gusta controlar todo cuanto podamos y con el hecho de tener recuerdos gratos.
Así que cuando llevamos un reloj sostenible que hemos personalizado con nuestro nombre o una imagen especial, lo que queremos es que digan “hey, ese reloj es fenomenal, nunca antes había visto algo así”
Y eso es bastante porque te recordarán no solo por original, sino por el compromiso que tienes con el ambiente.
Vaya forma de que te recuerden, ¿eh?
En cuanto al control que nos gusta tener hay algo llamativo que nos hace ser de este modo.
Y eso es que la mayoría de lo que hacemos suceda como deseamos. Si un reloj sostenible es como queremos, experimentamos el placer de nuestro propio poder para decidir como clientes.
Por último, nuestra vida y nuestro tiempo son valorados en función no solo de lo que logramos, sino de lo que recordamos.
Así que como no podemos recordarlo todo, necesitamos regalos o elementos que nos evoquen esos recuerdos agradables.
Cada vez que pones en tu muñeca un reloj sostenible personalizado o se lo regalas a alguien, estás contribuyendo con una mejor valoración de tu vida y de la de alguien más.
En conclusión, personalizar nuestros regalos, es abonar con esmero el terreno de nuestros recuerdos y de nuestra propia historia.
Medir los minutos y las horas que vivimos, es algo que no está reñido con nuestra responsabilidad con el planeta.
Os envío un cordial saludo
Iñaki Olazagoitia
Root Sunglasses & Watches
C/ Bailén 44, 11380 tarifa - Cádiz spain
Tel +34 956680448
info@rootsunglasses.com
